¡Hola, queridas hermanas!
Tengo algo nuevo para Uds. Mi amiga Jean Shannon, de Bs.As., me contaba cómo su iglesia estaba alcanzando a mujeres, usando un método novedoso.
Jean dice: "El año pasado sumamos una nueva dimensión a las clases de gimnasia para mujeres en nuestra iglesia. Ofrecimos una clase llamada "Salud integral para la mujer". Colocamos en la vidriera de la puerta de la iglesia un cartel que invitaba, diciendo: Pautas del Dios Creador sobre cómo ser una persona integralmente sana. Con el tiempo, tantas mujeres se interesaron que tuvimos que retirar el cartel, ¡pues no teníamos espacio para más!
"Comenzaba la clase con oración y luego se daba una charla de 10 minutos sobre el tema del día. Al final de cada charla pusimos a su disposición un texto bíblico escrito en papel cartulina de colores, alusivo al tema presentado ese día. ¡Todas las mujeres se llevaron su texto! Cuando les preguntamos cuáles temas preferirían que tratásemos, respondieron: estrés, ira, temor, soledad, ansiedad, culpa y paz. Recién desarrollamos el de la culpa, ¡y no te imaginás el impacto que hizo!
"En el mes de setiembre, el "Mes de la Biblia", se les obsequió una Biblia provista por la congregación. Después, ocupamos unas sesiones explicando su contenido y cómo leerla con provecho.
"A
estas clases han asistido fielmente unas 20 mujeres no cristianas con edades de
26 a 60
años. Anoto aquí algunos de los comentarios que hemos escuchado de labios de
ellas:
- !Una Biblia! Este
es el mejor regalo que pudiera recibir.
- Los textos bíblicos
que nos regalan, los coloco en el ascensor del edificio donde trabajo
donde todos puedan leerlos. Algunos me agradecen por ello.
- Voy a tomar muy en
serio lo que nos hablaste hoy.
- Pego los textos
bíblicos en un cuaderno y los leo cada día.
- No vengo por la
gimnasia; estoy demasiado ocupada. Vengo por las charlas.
- Me ayudan y me
animan estos textos bíblicos.
- Coloco los textos
en mi cocina y los leo cada mañana.
- Jean, siento que
llevo encima un peso de culpa. ¡Cómo me gustaría tirarlo todo y ser libre.
(¡Pero vos podés! Por eso vino Jesús: para llevar tu culpa y hacerte
libre.)
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