“Nunca
te preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor, pues ésa no es una pregunta
inteligente” Eclesiástes 7:10
“Todo cambia”, “Todo fluye” dijo Heráclito. No cabe duda que existe un
fenómeno de mutabilidad de los tiempos y de la humanidad. La corriente
positivista sostiene que cada periodo es mejor al anterior, lo denomina “camino
de perfectibilidad”, y otros un poco más escépticos, anuncian un inminente
declive moral. La Biblia resalta que el hombre y la mujer sin Dios sufrirán un deterioro
moral que irá en aumento en los tiempos finales y advierte a la iglesia a no
descuidarse.
No es novedad decir que la sociedad actual es distinta a la de nuestros antecesores.
Ayer una mujer lavaba ropa en una pileta de cemento, hoy tiene a su alcance artefactos
automáticos. Comunicarnos a larga distancia décadas atrás era toda una empresa,
hoy lo hacemos desde teléfonos móviles. Por el contrario, el avance de las
drogas hizo que actualmente haya más violencia, insensibilidad y delincuencia,
flagelos que no estaban tan marcadamente presentes en el pasado. La mujer de
hoy tiene un estilo de vida distinto a la de ayer, con sus facetas positivas y
negativas. Días
atrás se publicó en el diario Clarín un perfil de la mujer del Siglo 21:
“La
explicación va de la mano de ciertos cambios culturales. Muchas mujeres hoy no
centran su vida en criar hijos sino que eligen potenciar sus estudios y
desarrollarse profesionalmente. Cayeron los viejos conceptos y la realización
personal ya no se basa exclusivamente en el cuidado de la descendencia sino más
bien en cultivar el propio ser. Son expertas en ir de
shopping y sus mayores preocupaciones pasan por mantener la figura. Cuando
limpian el baño se imaginan que un superhéroe fuerte y musculoso viene a
ayudarlas con la suciedad más difícil. El Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad
Argentina de la Empresa (UADE) realizó una investigación entre mujeres que
ejercen distintas profesiones, de 25
a 45 años llegando a la conclusión que hay una notable
baja de nacimientos dentro de este grupo dada la mayor importancia que la mujer
otorga a su desarrollo profesional y a su independencia económica. La
representación social de la mujer no queda ya asociada a la de ‘madre’ como en
el siglo pasado. La mujer actual se puede definir como: independiente, libre,
autosuficiente, sexy. Se trata de una mujer dueña de si misma, que pretende priorizar
su carrera y bienestar”
El
rol de la mujer es muy importante en el propósito de Dios. Sin su verdadero y
esencial aporte como esposa y madre, la familia se tambalea y actualmente vemos
las consecuencias.
Hoy
más que nunca el mundo necesita de la mujer y, aunque elija trabajar
profesionalmente, no debe renunciar a su función como esposa y madre. La mujer
plena no es aquella que logra grandes éxitos profesionales a costa del sacrificio
de su familia, tampoco es aquella que se queda en su casa de manera egoísta y
confortable.
La mujer plena es aquella que ama a Dios, a
sus semejantes, que se siente amada, que afronta las pruebas y las adversidades
en fe y oración. Que recibe y da con generosidad a su marido, sus hijos y a la
sociedad entera.
DEBATE
GRUPAL
· ¿Qué opinión
merece esta descripción de la mujer del siglo XXI?
· ¿Cómo puede
encontrar la mujer un equilibrio entre su vida familiar y su trabajo/profesión
para que no se resienta la relación con su marido y sus hijos?
· ¿Cómo debería
ser la mujer cristiana del siglo XXI, que es del agrado de Dios?
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